En una galaxia bajo una rudimentaria distancia de 2.5 millones de años luz de nosotros se encuentran dos entes a punto de chocar entre sí. Estos agujeros negros super-masivos están a una distancia de 3.2 años luz de cercanía, relativamente cerca, en términos astronómicos. Lo más curioso es la certeza inexacta sobre qué ocurrirá con la cercanía de estos monstruos.
¿De dónde surgió el descubrimiento de los agujeros negros a punto de colisionar?
Los investigadores de la U.S. Naval Research Laboratory y la Universidad de por Princeton University en Washington han planteado la multitud de misterios que podría revelar el estudio de los agujeros negros.

Se calcula que los agujeros negros tienen aproximadamente ochocientos millones de veces la masa de nuestra estrella. Los supermasivos son aquellos situados en el centro de la galaxia, quienes tienen la capacidad de devorar fácilmente los planetas. Basándose en estos encuentros es posible que se emitan ondas gravitacionales a un nivel excepcionalmente fuerte. Su nivel de amplitud es tan grande que tienen la capacidad de hacer ver pequeña las que surgen de las estrellas de neutrones o agujeros negros comunes.
Es bien sabido que mirar objetos distantes es como mirar hacia atrás en el tiempo, astronómicamente hablando. Por lo tanto, estos agujeros pertenecen a un universo 2.5 billones de años más joven. En este período de tiempo se producen ondas gravitacionales poderosas.
En este momento lo agujeros negros se encuentran emitiendo tales ondas, pero no nos alcanzarán sino hasta dentro de unos billones de años más.
¿Por qué es importante el descubrimiento sobre la colisión de los agujeros negros?
A través de este descubrimiento se puede averiguar cuántos super-masivos emiten tales ondas. Esto también ayudaría a solventar relevantes incógnitas de la astronomía. Por un lado, se relaciona a la frecuencia en que las galaxias tienden a fusionarse, mientras que, por el otro, si los ‘súper agujeros negros’ orbitan indefinidamente o se fusionan.

En el momento en que las galaxias se unen, los agujeros negros contenidos se acercan y orbitan entre sí. Sin embargo, algo extraño ocurre en el momento que se acercan demasiado. Tomando en consideración ciertos estudios teóricos los agujeros negros tienden a estancarse en aproximadamente 1 parsec (tres décimas de años luz). Esta desaceleración es conocida bajo el nombre de ‘El problema del parsec final’. Bajo este escenario, únicamente dos o tres agujeros negros supermasivos culminan en fusiones.
Los astrónomos aún no han podido encontrar pares paralizados debido que antes de antes de que puedan separarse por un pasec, se encuentran muy cerca para ser distinguidos como separados. Asimismo, no pueden producir ondas gravitacionales demasiado fuertes hasta que llegan al parsec final.
Bajo esta consigna es posible que ‘el problema del parsec final’ sea inexistente. Los astrónomos aspiran que el universo se encuentre lleno del resultado gravitacional de los agujeros negros supermasivos.
Las ondas gravitacionales que han sido generadas por pares de agujeros negros se encuentran fuera de las frecuencias que son observables por diferentes experimentos. Indudablemente, mientras más se avance en el desarrollo de las tecnologías astronómicas, se podrán sacar deducciones con mayor amplitud.